Lo que sigue a continuación es una entrevista al Dr. Durval de Noronha Goyos, destacado abogado internacional, escritor brasileño y columnista de varios periódicos en el mundo, entre ellos La ONDA digital, con la Radio Internacional de China. El Dr Noronha es un especialista en los temas de China, cuyo más recientemente libro “La aurora de China y el crepúsculo del Imperio”, prologado por el historiador Moniz Bandeira, hace una importante reflexión sobre el nuevo rol y desarrollo que viene cumpliendo China en el momento actual. Como reconocido especialista en Derecho Internacional el Dr. Durval de Noronha, ha sido un constructor de puentes entre China y Brasil. Con varias acciones desarrolladas para consolidar esa amistad entre los dos Estados y pueblos emergentes.

– Este viaje que usted está haciendo a China ya es…
– Bueno, yo ya estuve en China más de 50 veces.

– ¿Usted asistió al ingreso de China en la Organización Mundial de Comercio (OMC)?
– China accedió a la OMC en diciembre de 2001. Fue un largo proceso que duró 15 años, donde China hizo enormes concesiones a la comunidad internacional para poder ser miembro del sistema y evitar discriminaciones. En la etapa final de la negociación – en los últimos tres años – yo le brindé asesoramiento al gobierno de China en el entrenamiento de cuadros gubernamentales en el área de Defensa Comercial y en el área de Resolución de Controversias. Y ahí pude apreciar las discriminaciones por las que pasaría China por su inserción en la OMC y resolví abrir una oficina aquí. Fui invitado por el gobierno chino para establecer una presencia. La aceptamos y nuestra oficina en China ya lleva 11 años. Fue la primera oficina latina en tener un gabinete en China, en Shangai. Posteriormente abrimos otro en Beijing. Hoy nuestro departamento chino tiene 12 abogados chinos, que es un número significativo para un estudio de abogacía.

– ¿Cuáles son los trabajos más comunes desarrollados por el estudio?
– Nosotros asesoramos a empresas chinas que invierten en Brasil, que tienen comercio con Brasil y a empresas brasileñas que invierten o comercializan con China. Cuando abrimos la oficina en China la corriente bilateral de comercio entre los dos países no llegaba a los dos mil millones de dólares. El año pasado fue de cien mil millones de dólares. El crecimiento es expresivo. China se convirtió en el principal socio comercial de Brasil y en el principal inversor en Brasil y este es un proceso sustentable que se va a mantener, va a continuar creciendo y esto va a generar prosperidad, tanto para el pueblo chino como para el pueblo brasileño.

– ¿Y esas disputas que siempre están en el discurso – a veces – en sectores de la prensa brasileña, o en sectores del empresariado brasileño, que miran la presencia china como una amenaza?
– Cuando no había relaciones comerciales entre los dos países, no había disputa. La disputa forma parte de la relación comercial. Cualquier relación comercial con cualquier país, genera disputa. Y con China no es diferente. Es más, es probable que el número de disputas o problemas sea menor con China – teniendo en cuenta el volumen de las relaciones bilaterales – que con otros países. De todas maneras creo que es normal que sólo vea a China como una amenaza, aquel que no tiene un flujo bursátil significativo. Ellos tuvieron en los diez últimos años un único caso de arbitraje en Brasil. Brasil tiene mucho que enseñarle a China y China tiene mucho que enseñar a Brasil y las dos naciones juntas tienen un potencial de una gran influencia, benigna en la polución de los negocios internacionales.

– Dr. Noronha, ¿usted percibe todavía un margen para la expansión en esta asociación, de estas relaciones entre China y América Latina, especialmente entre China y Brasil?
– Seguramente el potencial es muy grande, las mismas van a continuar creciendo, la cooperación se va a fortalecer, las iniciativas culturales son importantísimas: el aprendizaje del portugués, el aprendizaje del mandarín, la motivación de los jóvenes para que estudien la cultura del otro país.

– Usted también es uno de los impulsores y uno de los pioneros para la implantación del “Instituto Confucio” en la UNESP de San Pablo, ¿no es así?
– Exactamente. Con el objetivo de preparar las buenas relaciones futuras entre los dos países, el “Instituto Confucio” de la UNESP fue el primero en instalarse en Brasil y fue elegido como el mejor del mundo. Y yo tengo el honor de ser el presidente del Consejo de Amigos del “Instituto Confucio” de la UNESP y procuro colaborar para su funcionamiento esté siempre en el mismo nivel de excelencia.

– También ha actuado en diversos frentes que acabaron premiando su esfuerzo para consolidar la amistad entre las ciudades de Ribeirão Preto y la ciudad china Nantong. ¿Cómo fue ese proceso?
– Ribeirão Preto es mi ciudad natal y siento un gran amor por ella, por Brasil – obviamente – y por China y pensé que la hermandad entre dos ciudades era muy importante. En una época, el número de “ciudades hermanas” era muy pequeño entre Brasil y China e hicimos este acuerdo que trajo muchas satisfacciones y fortaleció la cooperación.

– Esto permitió que autoridades de Ribeirão Preto pudiesen visitar China y autoridades chinas, también, viniesen a visitar Ribeirão Preto.
– Exactamente. Eso se llevó a cabo con mucha alegría, con mucha cordialidad, con iniciativas de relacionamiento positivo. Ya en Ribeirão Preto se enseña mandarín en la red pública de la escuela primaria, en acuerdo con la UNESCO y fue la primera ciudad en América Latina en hacer esto. Nosotros estamos muy orgullosos de esta iniciativa y es un proyecto que nos gustaría hacerlo extensivo a otras ciudades de Brasil.

– Cinco alumnos míos, cuando yo era profesor, ahora están estudiando portugués en Ribeirão Preto.
Todo comenzó con esta iniciativa nuestra. Y la UNESP y Ribeirão Preto tienen un gran interés en recibir a los chinos. Cuando llegó la primera profesora de chino, yo fui hasta la UNESP para ver dónde iba a estar instalada, para ver las condiciones que ella tendría allá, para evitar problemas en su estadía y para que eso facilitase la llegada de otros profesores.

– Estos son buenos ejemplos. Brasil necesita desarrollarse en esa cultura de pensar a largo plazo, ¿no es así? Y estas iniciativas suyas lo colocan en esta perspectiva.
– Si, yo siempre miro hacia adelante y creo que no sólo los estados y las empresas, sino también los individuos, tienen que mirar hacia el futuro, para ver cuáles serán las consecuencias de sus acciones y cómo en encaminamiento de la vida hoy les va a redundar en una calidad de vida, en un impacto social, en una contribución al entramado social del futuro de su país y en el futuro de las familias. Esta iniciativa educativa es una inversión de retorno seguro. Porque no hay inversión en educación que no de retorno.

– Pensando en la construcción de este nuevo orden internacional donde caminamos hacia bloques de poder, ¿seguramente China y Brasil estarán en el centro de este nuevo orden?
– Seguramente la conciencia humanística internacional repudia el orden bipolar, repudia el arbitrio, repudia la injusticia, repudia el ejercicio arbitrario de las propias facciones, repudia la prosperidad aislada de unos en detrimento de las prosperidad de los otros. Un mundo equilibrado y multipolar promueve, o tiene como objetivo, la prosperidad colectiva, el respeto al imperio de la ley, el respeto a la dignidad humana, el respeto al hombre y el respeto al humanismo. De ahí es que viene la asociación de la cooperación internacional, de la cual la asociación entre Brasil y China, es una manifestación muy importante.

– Estos temas, además, usted los reunió en un libro recientemente publicado.
– Si. “La aurora de China y el crepúsculo del Imperio” muestra la contraposición entre la evolución humana, económica, social y política de China, en oposición a la decadencia generalizada de los Estados Unidos de América. Este fue el objetivo del libro, que tuvo una muy buena acogida y tuvo comentarios muy elogiosos.

– Contó con el prefacio de Moniz Bandeira, que no requiere de presentaciones.
– Si. El prefacio de mi amigo Luiz Alberto Moniz Bandeira, el más grande historiador brasileño de todos los tiempos, cuyo libro “La Formación del Imperio Americano” fue recientemente traducido al mandarín y lanzado por la Universidad de Guggemhein. Él fue muy generoso con las observaciones al texto y con otros comentarios sobre el libro. Fue muy bien recibido y está prácticamente agotado. Entonces, la visión de China es la misma visión histórica de Brasil: creemos en el imperio de la ley, de las relaciones internacionales, de un mundo de paz y prosperidad colectiva. Los estadounidenses, por el contrario, tienen ese militarismo exacerbado, el ejercicio arbitrario de sus propias acciones y el brutal juego de la suma cero, donde su pérdida es mi ganancia. Esta es una configuración propia del imperialismo, propia del colonialismo y una posición repudiada por la mayoría de la humanidad.

– El humanista Berne dice que esta propia estructura es prisionera de esa industria bélica-militar que desarrolló, la propia estructura económica.
– Él incluso citó el discurso de Eisenhower cuando fue electo presidente americano, él fue general en jefe de las fuerzas aliadas occidentales en la 2ª Guerra Mundial, denunciando el complejo industrial-militar. Imagínese que, en aquella época, el complejo industrial-militar americano no era nada, comparado con lo que es hoy.

– Volviendo a su área de actuación, que es el Derecho Internacional, descríbanos un poco sobre su trabajo y la propia empresa.
– Hace 35 años – 1° de junio de 1978 – en los años sombríos de la dictadura militar en Brasil, donde nuestra economía, el PBI brasileño estaba en su 70% controlado por el estado y su aparato represivo dictatorial y nosotros no queríamos trabajar para empresas estatales o para el régimen dictatorial. Entonces fuimos la primera oficina empresarial que no trabajó para el gobierno ni para el sector estatal. No teníamos alternativa. Y como no teníamos razón de ser, abrimos una primera oficina internacional en los Estados Unidos 31 años atrás (fue el primer estudio extranjero). Abrimos una oficina en Londres 25 años atrás, abrimos en Portugal hace 22 años, en Argentina, 20 años atrás y Shangai, 11 años atrás. Y más recientemente en África del Sur, hace 2 años y en la India hace 1 año. Tenemos oficinas en Brasil en San Pablo, Río de Janeiro, Brasilia, Belo Horizonte, Campo Grande, Recife y Curitiba.

– O sea, cuando ahora se está hablando de un proceso de internacionalización de la economía, en la práctica en sus oficinas y sus abogados, ya tienen bien claro, las convicciones que usted tiene.
– Exacto. En su momento no se entendía lo que era la abogacía internacional y también que se estaba mirando hacia adelante. Vi que era un momento difícil en Brasil pero que la democratización era inexorable, el proceso de internacionalización de la economía brasileña y eso, efectivamente, fue lo que sucedió.

– Dr. Noronha, pensando en los jóvenes que nos están escuchando, ¿qué mensaje, en especial, le gustaría trasmitirles?
– La tendencia que veo hoy para las RR.II. es de un crecimiento muy grande del poderío económico y político de las naciones en desarrollo. Las oportunidades para los jóvenes van a encontrarlas en los países en desarrollo, en la cooperación con los países en desarrollo. Las potencias colonialistas están en decadencia. Ellas son el pasado. Nosotros somos el presente, nosotros somos el futuro. Y China emerge como una gran fuerza en este presente y en este futuro. Yo siempre aconsejo a los jóvenes en Brasil que quieren hacer comercio exterior y les digo: “vamos a considerar a China, vamos a considerar a India, vamos a considerar a África del Sur, vamos a considerar a Argentina”. “¡Ah, pero yo quiero ir a Londres!” “Entonces, ¿usted quiere estudiar, usted quiere un futuro o usted quiere pasear? Usted puede pasear en Londres, pero si va a buscar educación. Vaya a buscar una oportunidad en aquello que representa un futuro para usted”. Por último, para construir los cimientos del futuro con otros países en desarrollo, tenemos grandes opciones en formación educativa.

Transcripción y traducción Cristina Iriarte