Me congratulo como los organizadores del seminario multidisciplinario ,“Los Orígenes del Futuro”, en que diversos especialistas procuran proyectar en sus respectivas áreas, los fundamentos y tendencias de los próximos tiempos.

El importante ejercicio me trae a la memoria a aquel gran pensador renacentista luso-brasileño, el Padre Antônio Vieira y, en particular, su obra “Historia del Futuro”. Me cupo a mí discurrir sobre el área legal. A tales efectos, me transporté al año 2106.

El conflicto militar ocurrido en la primera mitad del siglo 20, desde el inicio de la década de 1930, en Asia, y posteriormente en Europa, a partir de 1939, se conoció como la Guerra de Liberación Nacional, en China; como la Gran Guerra Patriótica, en la entonces Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), o aún, más ampliamente, como la Segunda Guerra Mundial.

Una de las principales causas del conflicto sería el disparatado tratado internacional, conocido como la Convención de Versalles, que regulaba los términos y condiciones impuestos a los vencidos de una guerra anterior, en el período de 1914 a 1918iii, e imponía a los sujetos del imperialismo entonces prevaleciente, que componían la mayoría de la población global, un orden jurídico draconiano. Dicho orden jurídico sustentaba una estructura colonial e imperialista, dividida en áreas de influencia entre tres principales potencias, el entonces Estados Unidos de América (EUA), el entonces Reino Unido y la entonces República Francesa.

Durante toda la primera mitad del siglo 20, tanto durante las conflagraciones armadas como fuera de ellas, se cometieron grandes abusos contra los derechos individuales y colectivos de vastos contingentes poblacionales.

En las regiones otrora conocidas como India y África del Sur, continuaban los pueblos subyugados por el régimen imperialista del entonces Reino Unido. La región de Oriente Medio fue dividida para una mayor conveniencia imperialista en la explotación de una mercadería que se tornaría preciosísima, aunque hoy extinguida, llamada petróleo.

En China, una parte importante del territorio era ocupada por la potencia en la época conocida como el Imperio Japonés. En las Américas, el entonces EUA tomaba las primeras medidas de expansión imperial con la consolidación de los territorios tomados al entonces Méjico, que representaban dos tercios del área original de éste y se asentaban en Puerto Rico, en Cuba, en Hawai y en las Filipinas, como eran conocidas tales regiones en aquel momento.

Grandes masacres de poblaciones oprimidas tomaron lugar en ese período. En África, el juego impiadoso del colonialismo fue responsable por una mortandad generalizada y por el exterminio sistemático en regiones como la entonces conocida como el Congo, por el poder europeo entonces denominado Bélgica. En Asia Menor, la población de etnia armenia fue sustancialmente eliminada por agentes de la entonces Puerta Sublima o Turquía. En Asia, los chinos fueron sometidos a atrocidades enormes por los ocupantes japoneses. En Europa Central, tanto criminales políticos o de opinión, como judíos estuvieron sujetos a regímenes sistemáticos de eliminación, lo que se conoció, finalmente, como la Shoah, o el exterminio.

De esta manera, con el término de la llamada Segunda Guerra Mundial, en 1945, las potencias vencedoras procuraron buscar un denominador común con el objetivo de estructurar un nuevo orden mundial que limitase los abusos ocurridos hasta entonces. Sucede que el mundo se presentaba en aquel momento histórico dividido entre dos ideologías principales y antagónicas.

Por un lado, se situaban los entonces EUA, Reino Unido y Francia, que practicaban un capitalismo hasta cierto punto privado y que se organizaban políticamente con base en el sufragio universal. Por otro lado, aún entre los vencedores, estaban las entonces URSS y China, ésta aún en proceso de transformación que se consolidaría en 1949, con un régimen de capitalismo de Estado y con organización política fundada del liderazgo de un partido, llamado comunista.

Los vencidos, los entonces Alemania, Italia y Japón, no formaron parte de aquel ejercicio de modelación de un nuevo orden internacional, ni mucho menos los Estados representativos de vasta parcela de población mundial de la época. De esta manera, el derecho internacional desarrollado en aquella ocasión y concebido para reglamentar el nuevo orden se caracterizó, según palabras de un eminente profesor de la época, por su carácter “básicamente oligocrático, esto es, concebido por un pequeño grupo de grandes poderes para servir y para legitimar sus propios interesesiv”.

El sistema jurídico internacional producido entonces tenía en su ápice la llamada Carta de Organización de las Naciones Unidas (ONU), firmada en 1945. Posteriormente, en la década subsiguiente, todo un sistema de derecho internacional fue creado mediante convenciones diversas y organismos multilaterales varios. La mayoría de estas convenciones, así como las organizaciones internacionales creadas, tuvieron la inspiración dominante de los EUA, entonces nuevo poder imperial, y del extinto Reino Unido, el decadente poder imperial del período, y nuevo estado-cliente del primero.

De esta manera, fueron creados el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), a través de los llamados Tratados de Bretón Woods, de diciembre de 1945. Igualmente, fue firmado, en 1947, el Acuerdo General de Tarifas y Comercio (GATT), que ofrecía el ordenamiento jurídico multilateral atinente a cuestiones de comercio internacional. Estos tratados, epistula non erubescit, objetivaban el mantenimiento del protagonismo económico y financiero de las potencias hegemónicas y, en última instancia, la promoción de la prosperidad selectiva de unos pocos, en detrimento de los muchos.

Por otro lado, a fines de 1948, la ONU aprobaba la Declaración Universal de los Derechos Humanos y se firmaba la Convención para la Prevención y Punición del Genocidio. En 1949, fueron firmados cuatro Convenciones de Ginebra para la Protección de las Víctimas de Guerra. Posteriormente, se evolucionó en la formulación del derecho internacional con un gran número de tratados tendiendo a limitar la proliferación y a ejercer el control de armas nucleares, la promoción de los derechos humanos, entre otros.

Así, se verificó que, diez años después del final de la Segunda Guerra Mundial, se había construido un incipiente orden jurídico internacional, aunque con muchas limitaciones. En este orden jurídico, se verificaba la tutela de algunos derechos humanos básicos, así como la preocupación en mantener la paz mundial, por entonces aún más relevante, en razón del desarrollo de las armas nucleares por los bloques hegemónicos en oposición.

Con todo, los derechos humanos de segunda generación, como aquellos relacionados al desarrollo económico, al usufructo de una razonable calidad de vida, a oportunidades igualitarias de crecimiento, dejaron de ser tenidos en cuenta. Devino como corolario de esta situación una injusta concentración de renta en los países componentes del sistema de control global, tanto aquellos dominantes como los periféricos, situados en el hemisferio norte, de una manera general. Por otro lado, el 80% de la humanidad entró en una espiral negativa de caída en la miseria.

Con el colapso de la URSS en 1991, a través del Tratado de Alma Ata, dejaron de existir los instrumentos de contención de los EUA, ya que el orden jurídico internacional aún no era lo suficientemente fuerte para poner un obstáculo de valor. Más aún, los estrategas de aquél país vislumbraban la oportunidad de imponer un jus imperium, un orden jurídico unilateral, al resto del mundo.

Antes de esto, el país entonces conocido por EUA abandonó el esfuerzo de desarrollo del derecho internacional. Así, muchos tratados internacionales importantes que se procuraba formatear en aquel período dejaron de ser firmados o ratificados por los EUA. Entre ellos, se encontraban, inter alia, el Protocolo de Kyoto, sobre la importante cuestión del medio ambiente, que ya se tornaba crítica; el Tratado de Prohibición de Armas Químicas; la Convención sobre la Eliminación de la Discriminación contra las Mujeres; la Convención Internacional sobre los Derechos de los Niños; y los Estatutos de Roma del Tribunal Penal Internacional.

Por otro lado, la acción internacional de los EUA y de sus estados-clientes pasó a violar sistemáticamente innúmeros tratados internacionales, como ocurrió en la invasión ilegal del entonces Irak, en flagrante violación a lo dispuesto en el artículo 2(4) de en la ocasión vigente Carta de la ONU.

Esta acción militar ilegal se tornó un marco desencadenante no sólo de una serie de violaciones a importantes tratados internacionales, sino igualmente por la supresión de las libertades individuales en el régimen doméstico de los agresores. La tortura fue institucionalizada por los EUA y por el Reino Unido, que restablecieron la regla del Manual de los Inquisidores de 1376v, que regía: omnes torqueri possunt, o todos pueden ser torturados.

En aquel conflicto de Irak, las fuerzas de ocupación, tyranni absque título, sin legitimación, en un período de 3 años se responsabilizaron por la muerte de 650 mil habitantes del país, en aquello que se caracterizaba plenamente de acuerdo con la legislación internacional de regencia de la época como crímenes contra la humanidad.

Los EUA, en el 2006, tenían casi mil bases militares esparcidas por todo el mundo, en algunas de las cuales, como en la de Guantánamo, la tortura era religiosamente aplicada. Prisioneros eran transportados para sesiones de tortura en bases situadas fuera de su territorio. Su poderío militar, inclusive nuclear, excedía la fuerza combinada de todos los demás países del mundo de entonces.

También en aquel annus horribilis de 2006, el Congreso de los EUA aprobó una ley que suspendía el Hill of Rights, de gran tradición, acabando con el habeas corpus, convalidando la tortura, cercenando el derecho de defensa, legitimando el uso de pruebas obtenidas ilegalmente, autorizando la prisión sin culpa formada y confiriendo al presidente del país el poder de “interpretar” convenciones internacionales. Un sistema de búsqueda electrónica fue desarrollado por las universidades de Cornell y UTA, para permitir el control de opiniones internacionales. Las escuchas telefónicas fueron legalizadas. En el Reino Unido, fue creado un sistema de delación de ideas en las universidades.

En el mismo año infausto de 2006, el gobierno de los EUA declaró su soberanía sobre el espacio sideral y su congreso aprobó la construcción de un muro de 1.300 kilómetros en la frontera con el entonces Méjico, país que era socio de la primera mal firmada iniciativa de comercio denominada Tratado de Libre Comercio de América del Norte, más conocido por el acrónimo NAFTA, de su denominación en la lengua inglesa. Aunque el objetivo declarado del NAFTA haya sido el de diseminar la prosperidad por el comercio, el objetivo oculto, y real, fue el de expandir la prosperidad de los agentes comerciales de los EUA de una manera que vino a causar la creciente miseria del pueblo mejicano.

Así, la emigración, generalmente ilegal, de sus habitantes miserables pasó a ser la mayor actividad económica de Méjico. La remesa financiera de estos emigrantes pasó a ser mayor que las inversiones extranjeras recibidas por aquél país. Para intentar contener el flujo de los inmigrantes ilegales se decidió construir el llamado Muro de la Infamia, resguardado por tropas regulares e irregulares de los EUA, así como por milicias de vigilantes, toleradas por las fuerzas del orden.

Para todos los países entonces llamados en desarrollo, la emigración pasó a ser la única esperanza, aunque ilegal. De hecho, con el formateo económico injusto de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que sucediera al GATT, se daba la concentración de riquezas en los entonces llamados países desarrollados. Los miserables en migración pasaron a ser decenas de millones.

Se estima que, ya en el distante año de 2006, cerca de 100 mil desesperados llegaban por mes a la entonces España. Largos contingentes humanos llegaban también por barcos al territorio de la entonces República Italiana. Otros llegaban constantemente en movimiento legales, como en el turismo, para entrar posteriormente en la clandestinidad.

Este movimiento humano no tenía precedentes desde al año de 376, cuando el entonces Imperio Romano permitiera el asentamiento de los Vándalos y Godos en su territorio, bajo la enorme presión de las masas en movimiento. Fue esta misma población que posteriormente derrotó a los Romanos en la batalla de Adrianópolis, en 378, habiéndose iniciado entonces la época de la llamada Primera Edad de las Tinieblas.

Tal como sucediera en 376, la migración de fines del siglo 20 e inicio del siglo 21 traería una alteración del orden étnico, cultural y religioso, con relación a la estructura hasta entonces prevaleciente. Muchos países de Europa pasaron a recibir inmigrantes de sus colonias del pasado. Así, elementos de fe musulmana oriundos del Oriente Medio y África se establecieron, principalmente, en los países entonces conocidos como Francia, España y Reino Unido, alterando las relaciones sociales y generando crecientes conflictos internos. En los EUA, los inmigrantes vinieron principalmente de sus quasi colonias en América Latina, pero también de Asia.

A partir del fatídico año de 2006, el poder el Imperio Americano pasó a erosionarse en aquello que fuera el principal cimiento de su prosperidad: su moneda, el llamado dólar americano. De hecho, sucesivos gobiernos de los EUA indujeron una prosperidad ilusoria a sus habitantes a través del continuo deterioro de los fundamentos macroeconómicos del país. Así, el déficit comercial de los EUA, que fuera de U$S 688 billones en 2004, pasó a U$S 742 billones en 2005 y a U$S 1 trillón en 2010. El país pasaba a importar más de lo que exportaba.

Al mismo tiempo, el déficit presupuestario de los EUA llegaba a U$S 400 billones en 2006 y a 800 billones en 2010. El pasivo líquido del país llegaría a U$S 3,6 trillones en 2006, lo que representaba el 28% de su PBI. Por su parte, diversos países acumulaban enormes reservas monetarias denominadas en dólares americanos, invirtiéndolas en títulos del tesoro de los EUA. Esta ecuación dislocada, permitía la continuidad del comercio mundial basada en la ficción de que el dólar americano representaba un valor de cambio.

En 2006, la entonces China poseía reservas de más de U$S 1 trillón aplicados en títulos de los EUA. Otros bancos centrales poseían cerca de U$S 11 trillones. La economía de China se desarrollaba en aquella época a tasas de aproximadamente 10% al año, crecimiento que era, en gran parte, sustentado por las ventas a los EUA. Con todo, China y los EUA eran rivales estratégicos.

China formaba parte de un grupo con otros grandes y populosos países en desarrollo, como el entonces Brasil, la India y África del Sur, entre otros, que buscaban un mundo multipolar y el fortalecimiento de un régimen multilateral que permitiese una división de responsabilidades más equitativa y un crecimiento económico y desarrollo social diseminado por todos los países.

Con un aumento de las tensiones internacionales, en el inicio de la década de 2010, China y otros países acreedores pasaron a ejercer presión sobre los EUA para un aumento de las tasas de interés de los préstamos internacionales. El servicio de la deuda de los EUA alcanzó un nivel insostenible y su gobierno decidió devaluar dramáticamente su moneda. Como la deuda de los EUA era denominada en dólares, disminuyó proporcionalmente con el porcentaje de la devaluación.

Con todo, el dólar americano dejó de ser aceptado en las transacciones corrientes internacionales y pasó a ser una moneda no convertible. El gran crash de 2016, como se conoció, eliminó de la noche a la mañana cerca del 60% del PBI de los EUA y lanzó al país a la miseria. Las empresas americanas ya deterioradas por la crisis moral de gestión sucumbieron y las bolsas de valores cerraron las puertas, por falta de negocios. La crisis económica que siguió superó en mucho a aquella ocurrida en 1929 y tuvo un carácter verdaderamente global.

De un modo general, sobrevino la fragmentación del poder político mundial. El primer organismo multilateral a sucumbir fue la propia ONU, seguida por los demás. La sede de la ONU, en la entonces Nueva Cork, fue dinamitada por los EUA en 2016 y, en su lugar, fue erigido el presidio 1º de mayo, en homenaje al feriado que el país nunca tuvo. El espacio resultante fue transformado en un nuevo y dantesco asilo de locos internacionales especializado en recibir abogados, diplomáticos, religiosos y juristas de todas las nacionalidades, y dispensarles una constante tortura personalizada.

En los EUA, se instaló en principio un régimen pretoriano, que se siguió a un golpe de estado. Uno de los primeros actos de la junta militar que gobernaba el país fue la quema del acerbo de la antigua Biblioteca del Congreso. Este régimen espurio instaló campos de concentración en el territorio del país para abrigar a sus habitantes culpados de crímenes políticos, crímenes de opinión, crímenes morales, desvíos de pensamiento, desvíos religiosos, desvíos sexuales, desvíos estéticos y desvíos de humor, entre otros.

Tales campos de concentración, de triste memoria, se hicieron conocidos como Bush Camps, en honra de un presidente de aquel país que se llamaba George W. Bush y que reunía como características el poder destructor de Nerón, la depravación de Calígula y la inteligencia de Incitatus. Los Bush Camps eran organizaciones privatizadas y dirigidas necesariamente por las empresas que habían perdido los lucrativos contratos del entonces Irak, por fuerza del Acto Institucional Patriótico, de la junta militar que gobernaba el país.

En seguida, además en los EUA, se dio el rompimiento del Muro de la Infamia, por millones de hombres, mujeres y niños desesperados por el hambre. Hubo la secesión de la entonces llamada República California de Nosotros, seguida por la de la República de Nueva Inglaterra, y por la República de Nueva Liberia, que tuvo como capital a Malcom X, nuevo nombre de Washington.

En Europa, se dio la creación de las repúblicas islámicas en el sur del continente, incluyendo la de Novo Andalus, donde se situaban las regiones mediterráneas de Portugal y España. Esto se dio después del desembarco de las poblaciones que tripulaban muchos barcos, movidas por la miseria que lanzó más de mil navíos, en las playas de Marbella, Algarbe y Ostia, ésta vecina de Roma, después denominada Nueva Cartago. Se retomó, a duras penas, la actividad agrícola intensiva en el continente europeo, con un éxodo para el campo.

En el entonces Reino Unido, se dio la privatización del Parlamento en 2016, conforme a la decisión del Perpetual Protector, Tony Blair, que retornaría a la política. El Rey, Carlos III fue apartado del trono después de la publicación de su libro “Cómo obtener satisfacción sexual en el diálogo con las plantas”, rápidamente quemado con todos los demás. En su lugar, fue instalado un rey virtual, un computador denominado Deep Monarch. Los centros subversivos de Cambridge y Oxford fueron transformados en casernas para la policía del pensamiento, de la moral y del comportamiento.

En África, se dio la reversión al tribalismo. Hubo un aumento de la desertificación causada por el efecto invernadero, sentido en todo el planeta, pero particularmente en aquél continente. Se registró, incluso, una reducción expresiva de la población, aniquilada por el SIDA, por la malaria y, principalmente, por el hambre. En el continente africano, desapareció el uso de las lenguas coloniales, que perdieron espacio frente a los idiomas nativos tradicionales.

Los vastos territorios de América del Sur y América Central fueron divididos en baronatos, capitanías, principados y repúblicas, muchos de ellos divididos por líneas étnicas. En el límite meridional del nordeste del entonces Brasil, por ejemplo, se instaló la República Negra de Axé, con capital en Zumbi, nueva denominación del Salvador. La selva amazónica retomó áreas que habían sido convertidas en plantaciones. El semi-árido del nordeste brasileño se transformó en un desierto de chilcas. En aquello que fue la Argentina, se creó en la región metropolitana de su capital el estado de la Capitanía Lunfarda, bajo el liderazgo del Caudillo Máximo.

En el Oriente Medio, al contrario, hubo una concentración política, también a lo largo de las líneas étnicas y religiosas, siguiéndose la división del territorio que había sido del entonces Irak, entre Siria e Irán. Al sur, los reinos de la región, con formación artificial con fecha de la Convención de Versalles, fueron derribados y reunidos bajo en entonces llamado Califato Al Qaeda, que tenía por capital a la ciudad santa de Osama Bin Laden.

China se dividió en los reinos que ya había conocido y, como en el pasado, pasó a vivir un período de conflictos y a favorecer una economía de subsistencia. El aterrador desierto de Gobi avanzó casi hasta Nanking, ocupando áreas otrora destinadas a la agricultura. Fue instaurada la lotería familia, que contemplaba las parejas premiadas con el derecho de tener un hijo, reservado apenas a los participantes del sorteo.

Por su parte, en los territorios de la entonces Rusia, el Zar Putin I fallecio luego de la realización de su gran sueño de Estado: la adquisición del Barcelona F.C. Sus herederos fueron responsables por la creación de una estructura neo-feudal, y se restableció la esclavitud. Japón se cerró, una vez más, y fue escindido en baronatos. En la India, fue creada la República Dalia, con sede en Gurajin, nombre de la antigua Mumbai, dado en homenaje a Gandhi. El estado de Bangladesh se disolvió en una creciente anarquía, sin que su orden político hubiese sido sustituido por otro. Se inició entonces, en todo el planeta, sin excepción, el período conocido como la Segunda Edad de las Tinieblas.

Alrededor del annus mirabilis de 2048, como todos sabemos, hubo un movimiento de diversos hombres de gran saber y oriundos de todas las regiones del globo, que vislumbrarían la necesidad de la promoción del Humanismo, basada en el axioma de que el requisito necesario para la realización de tan difícil emprendimiento sería, en primer lugar, la abolición del Estado nacional.

Una vez alcanzado el consensos humani generis al respecto, en segundo lugar, se acordó la construcción de un orden político y jurídico internacional fundada en el Hombre y en sus derechos. Se desarrollaría el verdadero Humanismo. Era lo que se denominaba renovatio o rinascita y por tanto repitieron lo que decía la antigua y sopesada Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, en su artículo 1, pero sin que jamás hubiese sido cumplido: “todos los seres humanos nacen libres y son iguales en dignidad y derechos”. Fue el inicio de la era de gran equilibrio, justicia y prosperidad en que vivimos hoy, en el año de 2106.

La historia más reciente es ya por todos por demás conocida, así que dejo de extenderme en como llegamos al Nuevo Iluminismo de nuestros días, en pleno siglo 22, evocando apenas lo que dijera el poeta romano Horacio, citado por Kant, uno de los pensadores del primer iluminismo: sapere aude o saber entender.-La ONDA digital-

Traducida para La ONDA digital por Cristina Iriarte


iTexto básico de la conferencia brindada en Trancoso, Portugal, el 26 de octubre de 2006, en ocasión del seminario “Los orígenes del futuro”

ii Abogado calificado en Brasil, Inglaterra y Gales, y Portugal. Socio principal de Noroña Abogados. Árbitro del GATT, OMC y CIETAC. Profesor de post-grado en derecho de comercio internacional. Autor de 39 libros, incluyendo El Nuevo Derecho Internacional Público y el Embate contra la Tiranía (2005)

iii También conocida como la Primera Guerra Mundial.

iv J.P. Ridruejo, Curso de Derecho Internacional Público y Organizaciones Internacionales (Editorial Tecnos, Madrid, 1996)

v De Nicolau Eymerich