La OMC (Organización Mundial de Comercio) divulgó en Ginebra, Suiza, a comienzos de mayo de 2009, un cuadro de un aumento del 50%, con relación a los primeros seis meses del año pasado, en las investigaciones antidumping en el segundo semestre de 2008, cuando estallara la crisis financiera y económica que actualmente tiene un alcance global. Este aumento estuvo representado por 120 nuevas investigaciones abiertas por los Estados miembros de aquel organismo multilateral.
Los principales países en usar el mecanismo de defensa comercial fueron la India, con 42 investigaciones de antidumping, y Brasil, con 18, de las cuales ocho estuvieron relacionadas con importaciones venidas de la República Popular de China, incluyendo neumáticos, calzados y lápices de colores. Los países desarrollados continuaron, como es su tradición, muy activos en el uso de los derechos antidumping como medida de protección comercial.
Así, de los 81 nuevos derechos antidumping utilizados en el segundo semestre de 2008, también con un alza del 50% de cara al primer semestre del año, 21 fueron oriundos de los Estados Unidos, los grandes campeones históricos en el uso de la medida. En el mismo período, India impuso 13 sobre-aranceles respectivos y Brasil, ocho.
Los procedimientos de defensa comercial van a ser abiertos y se aplicarán los derechos antidumping de manera creciente en el marco de la caída generalizada del comercio internacional de bienes y servicios. Según estimaciones de la OMC, el intercambio internacional de mercaderías en 2009 sufrirá una caída del 10%, la primera inversión de una tendencia positiva en los últimos 30 años.
Como consecuencia, millones de empleos se van a perder en todo el mundo. La OMC pregona en el desierto al alertar que los gobiernos deben evitar empeorar una situación que ya es mala al recurrir a distintas medidas proteccionistas, entre las cuales se ubican aquellas de defensa comercial en general, y las antidumping en particular, con uso desfigurado.
Incluso, las medidas de defensa comercial son apenas el eslabón menos contundente de las diversas gestiones de apoyo a las que han recurrido las principales economías mundiales desde la eclosión de la actual crisis. Entre los otros mecanismos utilizados están los préstamos a fondo perdido, compra de acciones, compra de activos putrefactos a precios artificiales, exoneración fiscal, nacionalización, subsidios directos a la exportación, diversas medidas de inversión relacionadas con el comercio, etc.
Dichos mecanismos, utilizados de forma unilateral por parte de las principales economías, y también por algunos de los países en desarrollo, son flagrantemente inconsistentes con el orden jurídico del régimen multilateral del comercio de la OMC, pero han recibido el apoyo ostensivo del FMI (Fondo Monetario Internacional), organismo éste que desde su fundación promueve los intereses exclusivos y selectivos de un núcleo privilegiado de países desarrollados, explícitamente los Estados Unidos, y consecuentemente ha generado la ruina, la miseria y la desesperanza en todo el mundo.
El FMI va a experimentar una profunda y radical reformulación, que es naturalmente resistida por sus controladores y beneficiarios, que propone algo muy superfluo para que todo pueda permanecer tal como se encuentra en la actualidad, como fue tratado en la última reunión del llamado G-20, realizada semanas atrás, en Londres, Reino Unido.
De cualquier manera, el alerta de la OMC tiene un carácter patético por la impotencia del organismo multilateral, formado en la ideología del neoliberalismo, en hacer frente a las consecuencias de la crisis de manera coherente a sus reglas y filosofía. También en el área del régimen multilateral del comercio, la situación mundial, así como los acontecimientos y perspectivas, van a exigir una profunda reforma, que deberá inclusive comprender a la propia OMC.
Traducido para LA ONDA digital por Cristina Iriarte
Advogado admitido no Brasil, Inglaterra e Gales e Portugal. Formou-se em direito pela PUC-SP em 1975. Árbitro do GATT (General Agreement on Tariffs and Trade) e da OMC (Organização Mundial do Comércio), e professor de direito do comércio internacional na pós-graduação da Universidade Cândido Mendes (RJ).